viernes, 9 de septiembre de 2011

Desde la dramaturgia


Como autora, el reto de investigar desde la escena, con un equipo que comparte el proyecto, me supone una aventura y un ideal.
No es fácil extraer material útil para la dramaturgia, algo que ya comprobé en el En Blanco 09, y menos cuando las sesiones resultan tan fructíferas que uno no sabe a qué carta jugar.

Como trabajo de preparación previo a los primeros días, elaboré un listado de temas partiendo del proyecto, de mis intereses y del material preliminar. Se me hacía necesario contar con un asidero teórico ya que nos movemos en las aguas turbulentas de lo virtual.
Así mismo, les había pedido a los chicos que seleccionasen un par de historias llamativas de los materiales para sondearles. Nos encontramos con un equipo en plena sintonía con nuestras propuestas en lo personal y en lo profesional.

No quisiera repetir por escrito lo que ya Elvira va a dejar reflejado en el blog acerca del procedimiento de las sesiones. Desde la parte dramatúrgica, en este caso estrechamente vinculada a la escénica, debo escribir que me ha resultado evocador y terriblemente inquietante.
Primero, porque el proceso de creación de personajes se ha dado desde improvisaciones y propuestas. Segundo, porque me ha resultado excesivamente breve dado el vasto territorio que hemos descubierto. No se trata solamente de una pizarra repleta de conceptos tecnológicos, redes sociales, instrumentos de comunicación o de aislamiento. Digamos que de ahí partimos y volvimos con un esqueleto de “vida” en la última sesión.

Como autora ya percibía un cierto aroma de aquellos personajes que necesitaban estar en escena y en el texto, pero me propuse no aportar ningún perfil trazado. Solamente, propusimos como ejercicio de investigación el acercamiento a dos figuras históricas, Virginia Woolf por su exploración del “cuarto propio” y Julian Assange por su cuarto propio en Wikileaks. El encuentro de ambos nos ha fascinado, son seres opuestos que se atraen en su anormalidad y que tienen cabida por derecho propio, en el mundo del Hoax.
Por otro lado, el resto de personajes nacen durante las sesiones y en el trabajo de campo. Asimilando inquietudes y temas que fueron surgiendo durante improvisaciones breves, les pedimos a los chicos (y en ello nos incluimos nosotras) que creasen dos perfiles virtuales e interaccionasen con ellos y entre ellos-nosotros. Eso es algo que deberán mantener hasta el final del proceso y tendrán que ir alimentando con los aportes de las sesiones, con la investigación personal y lo que nazca del texto.
Tenemos unos ocho esquemas de personaje y no sé cuántos se quedarán  dado que a priori, quería una estructura dramatúrgica de historias cruzadas. Durante las sesiones descubrimos dos hilos conductores: el papel y la máscara, ambos son hoax en nuestro mundo.
Otro hallazgo ha surgido de la cotidianeidad del drama. Tratamos grandes temas: soledad, precariedad, enfermedad y muerte, optimismo, mentira, el miedo; y uno tiende a ponerse grandilocuente, verborreico, político desde el atril. Mediante algunos ejercicios descubrimos que el drama, el verdadero drama, reside en las cosas más cotidianas, invisible a los ojos de los demás, como lo ha sido esta crisis para la mayoría de la sociedad hasta que les ha estallado en las manos. También el humor, un humor amargo de media sonrisa y situaciones absurdas, ésas que nos arrancan la carcajada porque no estamos en la piel del otro.
 Tenemos por tanto, el germen de los personajes, los símbolos narrativos, la atmósfera, y la tecnología como instrumento dramático, como método. Hemos creado de la forma hacia el contenido y la forma es una pantalla que provoca la realidad, aunque de nuevo  ¿qué es lo real?
 Ha resultado esclarecedor cómo intuitivamente el equipo, directora incluida, han llegado a los temas preliminares pero repito, hasta que no hemos puesto en orden el corpus temático y de forma, añadiendo activamente el componente virtual al proceso, no hemos visto avanzar al Hoax y eso casi acontecía en la última sesión, hablamos de un macromundo hipervinculado y de un juego de muñecas rusas que requiere un denodado trabajo de filtración.
Y sin quererlo, estamos en la segunda fase.





  
 

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